BUENOS DÍAS ESO 21 a 23 de JUNIO

NOS MUEVE LA ESPERANZA

Martes 21 de Junio: San Luis Gonzaga. Protector de la vida y patrono de la juventud

El padre de San Luis Gonzaga fue marqués de Castiglione, y posteriormente príncipe del Sacro Imperio Romano. Por ser el primogénito, Luis era el herdero del marquesado.

La niñez de Luis fue la propia de todo niño noble de la época feudal. Sus padres tenían grandes expectativas depositadas sobre él y tuvo a su disposición gran cantidad de servidores, una excelente educación y estuvo en contacto con los nobles y poderosos de su sociedad.

Sin embargo, Luis rechazaba esta vida de lujo y opulencia. A medida que crecía, se volvía más firme en su rebeldía acerca de la formación que él mismo recibía y los valores de ese mundo de honores y dignidades en el que había nacido.

El jesuita Fernando Paternó empezó a ser su director espiritual. Luis comienza a vivir, dentro de la corte, una vida austera y modesta. Poco a poco, Luis, fue llegando a la decisión que le parecía lógica: renunciaría a todo y se haría religioso.

Sin embargo, el llevar a cabo esta decisión no sería fácil para el joven Luis. Su madre aceptó la vocación de su hijo pero su padre se opuso terminantemente, dado que tenía depositadas grandes expectativas.

Finalmente, en 1585, Luis presenta su renuncia al marquesado y ese mismo año ingresa al Noviciado.

Al comenzar el año 1591, en Roma se desata la peste. Muy pronto los hospitales estuvieron llenos. Los jesuitas colaboraron con las autoridades en la atención a los enfermos. En el contacto con ellos Luis, al igual que otros de sus compañeros, contrajo la enfermedad y posteriormente falleció.


Ave María. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros.

Miércoles 22 de junio: JESÚS ESTÁ CON NOSOTROS

Para mucha gente la religión es algo pasado de moda que ya tiene poco que decir al mundo del siglo XXI. Sin embargo, resulta paradójico que en una sociedad hiperconectada, cada vez haya más personas que se sienten solas, abandonadas y con una comunicación frágil e inestable. Que en una sociedad con un alto grado de desarrollo y con un nivel que supera con creces lo necesario para vivir, cada vez haya más personas que experimenten en sus vidas el vacío, la pérdida de expectativas, el desencanto.

Jesús no puede quedarse anticuado porque esta sociedad le sigue necesitando. Jesús no es un recuerdo ni una idea, es una Persona viva que cumple cada domingo su promesa de quedarse con nosotros todos los días hasta el fin de los tiempos.

En aquella última cena, con los signos del pan y del vino, prometió que allá donde se hiciera memoria suya, Él seguiría estando presente para que nuestra vida nunca esté vacía. Él alimenta el alma y llena la vida de sentido y esperanza.

Alimentarnos de Jesús nos llena el corazón de paz, nos sana y nos reconcilia, nos mueve a amar como Él lo hizo. Jesús sigue siendo necesario para dar cariño al mundo, para experimentar el amor, la cercanía, el perdón, la esperanza que Él nos dejó en el encuentro con las personas.

Ave María. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros.


Jueves 23 de junio: EUCARISTÍA FIN DE CURSO

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo

Es como un hombre que partía al extranjero; antes, llamó a sus criados y les encomendó sus posesiones. A uno le dio cinco bolsas de oro, a otro dos, a otro una; a cada uno según su capacidad. Y se marchó.

Inmediatamente el que había recibido cinco bolsas de oro negoció con ellas y ganó otras cinco. Lo mismo el que había recibido dos bolsas de oro, ganó otras dos. El que había recibido una bolsa de oro fue, hizo un hoyo en tierra y escondió el dinero de su amo.

Pasado mucho tiempo se presentó el amo de aquellos criados para pedirles cuentas. Se acercó el que había recibido cinco bolsas de oro y le presentó otras cinco diciendo: Señor, me diste cinco bolsas de oro; mira, he ganado otras cinco.

Su amo le dijo: Muy bien, siervo honrado y cumplidor; has sido fiel en lo poco, te pongo al frente de lo importante. Entra en la fiesta de tu amo.

Se acercó el que había recibido dos bolsas de oro y dijo: Señor, me diste dos bolsas de oro; mira, he ganado otras dos.

Su amo le dijo: Muy bien, siervo honrado y cumplidor; has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de lo importante. Entra en la fiesta de tu amo.

Se acercó también el que había recibido una bolsa de oro y dijo: Señor, sabía que eres exigente, que cosechas donde no has sembrado y reúnes donde no has esparcido. Como tenía miedo, enterré tu bolsa de oro; aquí tienes lo tuyo.

Su amo le respondió: Siervo indigno y holgazán, puesto que sabías que cosecho donde no sembré y reúno donde no esparcí, tenías que haber depositado el dinero en un banco para que, al venir yo, lo retirase con los intereses. Quitadle la bolsa de oro y dádsela al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará, y al que no tiene se le quitará aun lo que tiene. PALABRA DEL SEÑOR


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